Están los hacenderos más importantes reunidos para darles la bienvenida
a Juan y a Oscar, la presencia de Franco aun se ignoraba.
Los hermanos por fin llegan al Country Club.
El carro de Oscar hacia un sonido extraño, Oscar decía que no era nada
pero Juan y Franco insistieron en revisarlo, Oscar estaba desesperado por ver a Jimena, poco le importó dejar a sus hermanos
en el parqueo y entrar solo a la fiesta.
Carlos Andrés lo recibe con su familia, él solo busca a Jimena con la
mirada.
CA: Oscar, esta es mi esposa Sara
O: ya nos conocemos- le da un beso en la mejilla- con que tu eres el novio
de Sara!
S: ¿Por qué te extraña?
O: tu madre nos envió fotos de tu boda pero no salía el novio
CA: que extraño, si salí muy bonito en las fotos- se ríen
O: seguro que si…- dice en tono de duda
CA: bueno este es mi hijo Alejandro
O: ay que ojos tan bellos tiene! Se parecen a los de mí…
S: a los de la abuela de Carlos Andrés- interrumpe rápidamente para evitar
que mencionara ese maldito nombre. Oscar la mira de manera extraña
O: pues si… se parecen
CA: bueno esta princesita es Alexandra
O: es muy linda… se parece a ti Sara
S: así es
CA: ¿bueno y tu hermano donde esta?
O: ya viene, ya veras la sorpresota que trae
S: bueno yo voy a cambiarle el pañal a Alejandro
CA: estaré por aquí- Sara se va con el niño
O: oye Carlos… ¿no has visto a Jimena? La hermana de Sara
CA: se fue con Norma al jardín
O: ¿me disculpas un momento?- sonríe
CA: claro que si, yo me quedo aquí con mi princesita- carga la niña y
simula que baila con ella
O: gracias- se retira al jardín a buscar a Jimena.
Juan y Franco no le encontraron nada extraño al carro y deciden entrar.
Carlos Andrés los ve y les hace señas con la mano derecha.
Juan y Franco saludan al viejo amigo de Oscar.
CA: Franco!- no sabía que estabas aquí
F: Carlos Andrés! Por Dios! Si tenia siglos sin verte! ¿Qué haces aquí?
CA: pues ya ves, uno nunca sabe donde va a terminar
F: esta preciosura es tu hija?- le extiende los brazos para cargarla
CA: si, se llama Alexandra- Franco la toma en sus brazos, ignorando por
completo que sostiene a su hija
F: es un amor, se me parece mucho a alguien
CA: seguro conoces a mi esposa
F: ¿quien es?
CA: es alguien de aquí del pueblo es…-
F: Jimena!
CA: no es Jimena
F: si, es Jimena ahí viene- Jimena se acerca y los saluda. Dice lo sorprendida
que esta de ver a Franco y pregunta por sus hermanos.
F: Juan fue a buscar algo de tomar y Oscar no se
CA: Oscar me pregunto por ti y se fue
Ji: ¿qué le dijiste?
CA: que estabas en el jardín con Norma
Ji: eso es mentira
CA: lo se, lo hice para divertirme- él y Franco se ríen
Ji: voy a buscarlo, permiso- se retira al jardín y Franco se queda hablando
con Carlos Andrés y cargando a Alexandra, la niña le ha parecido encantadora.
Sara se entretuvo hablando con una amiga y se sentó con Alejandro en otra
mesa, Carlos Andrés la ve pero Franco no porque la mesa esta de Sara esta a sus espaldas.
F: no me dijiste quien es tu esposa….
CA: esta allá- señala, Franco voltea pero las personas bailando por el
medio no lo dejan ver
F: no la veo
CA: dame un segundo y la busco para que la conozcas a ella y a Alejandro
F: esta bien, aquí te espero- Carlos Andrés se para de la mesa con Alexandra
para buscar a Sara y a Alejandro y presentárselos a Franco.
Jardín
Oscar se entretenía sintiendo como se aplanaba el césped del jardín cuando
pisaba, estaba decepcionado de no haber encontrado a Jimena en ese hermosa jardín, la imagino debajo del rosal de la entrada,
con su gran sonrisa y con su mirada despierta.
Se preguntaba si valdrá la pena ese viaje, ese sacrificio de dejar todo
atrás solo para averiguar si pudo haber sido.
**Recuerdo**
La cascada esta exactamente a dos kilómetros de la Hacienda Elizondo y
a cuatro de la Hacienda Reyes, para ellos eran solo unos pasos a caballo. Llegaban a olvidarse del mundo, a hablar de su día,
a hacer preguntas estúpidas y sin saberlo a alimentar una amistad que ninguno sabía terminaría esa tarde de verano.
Él se iba de camping con sus hermanos por el fin de semana, pero pelearon
y él decidió quedarse. Se fue a la cascada sin esperanza de encontrar a su amiga porque para esa hora ya estaría en Santa
Clara.
Le pareció una tremenda oportunidad para nadar desnudo, después de todo
siempre quiso hacerlo.
Se había empezado a bajar el pantalón cuando vio la camisa azul de Jimena
tirada detrás de una roca, la levanto y no pudo evitar sonrojarse al descubrir su ropa interior debajo de esta, al parecer
Jimena no estaba en Santa Clara y había tenido el mismo impulso que él.
Se acerco al agua y gritó su nombre con una gran sonrisa dibujada en el
rostro.
Ji: aquí!!-respondió sacando solo sus hombros del agua- ¿qué haces aquí?
No te ibas con tus hermanos
O: nos peleamos ¿tu no ibas a Santa Clara?
Ji: me enoje con mi mamá y me estoy escondiendo
O: ¿aquí?
Ji: aquí nunca me va a buscar
O: ay por eso te bañas desnuda verdad!
Ji: puedes hacerlo tu también… claro, si te atreves……
prometo que no voy a mirar- le da la espalda y él termina de quitarse su pantalón para responder a su reto.
Entra al agua retozan como niños pequeños pero el juego fue perdiendo
su inocencia. Entre miradas coquetas y juegos con agua se dieron cuenta de que estaban destinados a ser más que mejores amigos.
Él tomo su brazo y la halo para tenerla más cerca. El tiempo se detuvo
mientras acariciaba su rostro y sonreía, era como descubrir un mundo completamente nuevo aunque ha estado delante de él todo
el tiempo.
Abrió un poco sus labios para acercarse y besarla, su mano derecha estaba
detrás de su cuello, ya podía sentir su aliento cerca cuando llegó su madre.
Ga: JIMENA! OSCAR!- se separaron asustados.
Jardín
Todavía no conoce el sabor de sus labios, todavía no sabe si ella siente
lo mismo por él, solo sabe que no ha dejado pensarla y que se muere por verla
de nuevo.
Ji: Oscar?- pregunta tímidamente a la espalda fornida que tiene en frente-
él abre los ojos sorprendido, sintió su voz tan cerca, tan real. Se voltea.
O: Jimena!- tal vez para
ellos la vida se detuvo cuando el destino les robo el beso que tanto deseaban, pero ahora estaban cerca, tan cerca que temblaban,
sus cuerpos pegados, las miradas impacientes y los labios deseados.
Volvieron a vivir, la sangre corría de nuevo en sus venas y las lagrimas
en sus mejillas. Ese beso llevaba mucho tiempo pausado, era lógico que no quisieran separarse nunca. Después de todo, la felicidad
hay que mantenerla abrazada muy cerca.
De vuelta a la fiesta
Franco le pide otro trago al mesero. Ya que están solos en la mesa Juan
se toma la libertad de decirle algo.
Ju: ¿Por qué viniste Franco?
F: ¿te molesta que este aquí hermano?
Ju: sabes que no, pero si lo que pretendes es venir a expandir tus vicios-
mira la copa- como lo hacías en España mejor te hubieras quedado allá
F: no vine a expandir ningún vicio Juan, vine porque tengo asuntos pendientes
en este maldito pueblo, cuando los resuelva que largo de aquí
Ju: a ver… ¿Qué clase de asuntos?
F: cuentas por cobrar – Carlos Andrés se acerca con Alejandro medio
dormido en sus brazos
CA: Juan, Franco este es Alejandro, se la ha pasado dando brincos y ya
esta casi dormido
F: es muy lindo
CA: y no has visto los ojos tan bellos que tiene, espero a que lo veas
despierto- alguien se acerca y les pide un bolígrafo, ni Juan ni Franco tienen, Carlos Andrés dice que si tiene, pero no lo
puede sacar con el niño cargado así que se lo pasa a Franco, quien se queda con el niño cargado.
Ju: bueno ¿y tu esposa?
CA: dijo que me alcanzaba… mejor dicho ahí viene- Sara se acerca
por detrás de Franco- ella es Sara Elizondo, mi esposa, seguro ya la conocen.
Sara se para al lado de su esposo y mira estupefacta a Franco cargando
a su hijo.