Señor Reyes: Gabriela! Estaba
desesperado, dime lo que averiguaste por favor
G: me temo que no son buenas
noticias
SR: ¿entonces es cierto?
G: si y todo el mundo esta
hablando de eso, lo mejor es que lo saques de aquí antes de que sea demasiado tarde
SR: ¿y tu crees que él acepte?
G: claro que no, si le dices
que lo vas a separar de su “amigo Leandro” no se va a querer ir
SR: tienes razón, pero no
se me ocurre nada
G: yo tengo un plan y creo
que puede funcionar y servirá para alejarlo de esa vida y para que la gente deje de hablar
SR: te escucho Gabriela
Gabriela le contó su magnifico y quisquillosamente elaborado plan al
señor Reyes para salvar a Franco de una homosexualidad que no tenia y para limpiar el nombre de una familia que no estaba
sucio.
Al otro día
Sara y Franco se vuelven a encontrar en la cabaña de Boca del Diablo.
Esta vez se fueron directo a la cama, él besaba cada centímetro de la piel de Sara, ella acariciaba todo su cuerpo, era un
momento muy tierno. Con cada beso sobre la piel de Sara Franco sentía que la amaba más, no podía separarse de ella, se había
vuelto adicto al perfume de su piel, al olor de sus cabellos, a sus besos apasionados, a sus llamadas a media noche, en fin,
no había nada en ella que a él no le encantara.
Franco besa el ombligo de Sara y ella le acaricia el pelo. Había algo
en el ambiente de aquella tarde que la hacía diferente a las demás, el viento suspiraba en las ramas desnudas de los árboles
muertos, no se escuchaba ningún ruido aparte de sus gemidos, ni un pájaro, ni un animal, ni un insecto, los caballos estaban
quietos, pareciera que la naturaleza tratara de contarles algún espantoso secreto, pero ellos estaban muy concentrados en
sus cuerpos como para darse cuenta de que el mundo seguía allá afuera.
Ese día se marcharon mas tarde que de costumbre, ya estaba un poco oscuro.
Mientras se alejaban en sus caballos platicaban sobre su futuro.
S: ¿y qué va a pasar con
la cabaña?
F: seguirá ahí por siempre,
ese será siempre nuestro nido amor, nuestro de nadie más
S: que bueno que la encontramos,
aunque haya sido en esas circunstancias, a mi me gusta mucho, ahí me siento segura
F: yo también y por eso
siempre la vamos a conservar y nunca le revelaremos el camino a nadie más, ¿lo prometes?
S: claro que si!- le da
un beso desde su caballo, ya habían llegado al punto donde se separan
F: ¿tú me llamas?
S: si- él se aleja, ella
sintió la necesidad de seguirlo, él para su caballo cuando siente que ella lo sigue
F: ¿qué pasa?- Sara se acerca
a su cara y lo besa apasionadamente, él responde de la misma manera, fue mágico, se besaban y suaves gotas de lluvia empezaron
a caer sobre sus rostros, la luna los observaba y contenta les brindaba toda su luz, aunque después se vio opacada por nubes
negras que convirtieron las suaves gotas en puntas filosas que se le clavaban en todo el cuerpo, dejan de besarse.
S: TE AMO FRANCO
F: Y YO TE AMO A TI MI VIDA,
SIEMPRE TE AMARE- las lagrimas de los dos se mezclaron con la lluvia, ella paso su mano por su cuello, él sostuvo su rostro
entre sus manos y se dan el beso más tierno, apasionado, romántico y largo de sus vidas, sin saber que sería el único que
se darían por mucho, mucho tiempo.