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Majix cap 3

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-Franco se quedo embobado mirando, cada movimiento que realizaba Sara, sin querer ella mira en su espejo, que estaba al costado de su cama ; era un espejo que llegaba hasta el suelo, medio ovalado y vio el rostro de Franco, mirándola, entre la puerta y la pared, sonrió, se hizo la desentendida, se tiro a la cama, se dio vuelta en ella, hasta alcanzar el cajón; que estaba pegado a su cama y abrió el cajón, en donde busco una lencería, mientras lo hacia a Franco le estaba por salir el corazón por la boca; ya que a Sara se le veía una buena parte de piel, o sea, o sea muy...sexy, en ese momento Franco se acordó de todo lo que le dijo a ella, sintió un vació; enorme, se dio cuenta que ni un poquito de lo que dijo era cierto. Sara era toda una mujer, muy sensual, aquélla mujer que lo estaba trastornando y dejando siego, de tanta belleza. Sara no hacia otra cosa que buscar esa lencería mas atrevida; provocando a la visión de Franco, se tomo su tiempo, hasta que seca una de color rojo, se dirigió al baño.
En eso Franco oye unas pisadas que provenían de la escalera, era Gabriel, que se estaba subiendo, volando; como un relámpago, se encierra en su cuarto y se pone atrás de su puerta-

F: dios...casi! –tira un suspiro-
F: que mujer....y yo aquí, sin poder tenerla a mi lado, que me pasa? ella es todo lo que odio de una mujer. No!! –se dijo así mismo, con una rabia- no puedo seguir deseándola, yo la odio! Es irritante...amargada, pero... me esta volviendo loco. –se desvistió, se fue a dar una duchita y luego se acostó-

Al día siguiente / domingo

-Franco se levanto tarde, salió de su cuarto y fue a desayunar-
F: como le va Dominga?

D: como esta? Joven Franco
F. bien, eh!? La señora y su hija, donde se fueron?!
D: pues... tenían una reunión en la casa de los Gonzáles, creo que no viene ni almorzar, se van a quedar toda la tarde. Y la señora me dijo que le disculpes.
F: y eso, porque?! –agarra una manzana de la mesa, y le da feroz mordisco-
D: es que me dijo, que intento despertarte, toco a tu puerta, y nada.
F: uy! –hace una expresión de ay! pobre Gabriel- Es que estaba profundamente dormido.
D: eso fue lo que me dijo, y me encargo que te haga un desayuno rico.
F: pues, creo que el desayuno me lo vas a deber, no tengo tanta hambre, con esta manzana me vas y sobra, en sima es tarde.
D: esta bien, pero cualquier cosa me a visa joven Franco. –se iba a retirar, cuando Franco, le agarra del brazo-
F: eh... Dominga y quienes son lo Gonzáles?! Si se puede saber
D: son unos viejos amigos, de los Elizondo, la verdad, no quiero que me tome de chismosa ni nada por el estilo, pero...
F: tranquila, que pasa? Confié en mi, yo no le mencionare nada a Gabriela, de lo que me diga.
D: bueno...la señora, quiere, que la señorita Sara se acerque mas a esa familia.
F: como? No entiendo –La mira con una ceja levantada-
D: pues...-se acerca y le dice en silencio, para que los demás empleados no escuchen- la señora, quiere que la señorita Sara festeje con uno de los hijos de los Gonzáles.
F: que! No puede ser....-lo dice en tono de celoso- ehhh....enserio! –se calma, trata de disimular y Dominga se ríe-
D: si....-le responde, se acerca mas y...-, y no es por nada pero son unos jóvenes muy guapos, para mi que la señorita Sara, no se va a resistir. –Franco se inmútese y...-
F: seguro, pero...con es carácter que se manda, dudo que alguien se le acerque.
D: me permite opinar?!
F: claro, opine Dominga, no tenga vergüenza, estamos en confianza o no?!
D: pues... yo....-tímidamente lo dice- no opino igual que usted, la señorita Sara es un poco tímida, solo eso...
F: SOLO... eso?! Desde que vine me saco, sus garras y dientes, yo no estoy de acuerdo con usted, me parece que no la conoces muy bien, que digamos...
D: ay! joven no diga eso, la señorita ,es fría a veces, le puedo asegurar que es muy dulce, si la conoce mejor.
F: dulce!? Va! –se ríe, burlonamente-
D: si...ella es muy dulce, yo la conozco, desde que era una niña, por eso se lo digo.
F: jaja...en serio!?, no lo creo si no lo veo, y que explicación le da? Al comportamiento que tiene?
D: pues...no quiero ser metida, ya hable mucho, mejor me voy a la cocina.
F: espera Dominga, no me gusta que me dejen con la palabra en la boca, en esta hacienda esta de moda eso o que?!
D: discúlpeme, pero no quiero ser imprudente...
F: no lo va hacer, ya le dije, tenga con fianza, me interesa mucho, por favor!
D: pues la señora, perdió...
F: perdió, que?
D: a su esposo, y la señorita....-Franco lo mira, como diciéndole y?....para que continué- la señorita vio todo, es que lo mataron unos maleantes, en presencia de ella, tenia 7años, ella lo intento ayudar, pero los amaditos, la agarraron y... la golpearon, le tiraron a lado de su padre, se marcharon, todo eso fue en la carretera, ella vio morir lentamente, en agonía a su padre, pedía socorro, pero nadie la oía, era puro campo.
F: dios mío! no puede ser, que pena.
D: ahora ya entiendes, porque ella actúa a si de repente, desde esa ves le tiene rabia a los hombres, y se volvió un poco antipática.. Sus hermanas le ayudaron a superar, es que era muy chica y hasta ahora tiene ese trauma.
F: vaya! Quien se iba a imaginar que eso le hubiera pasado..
D: perdió su identidad, ella era una niña muy alegre, luego se apago y se encero en su mundo.
F: que injusticia, y se le atrapo a los bandidos?
D: no...siguen sueltos

En la casa de los Gonzáles

Estaban todo en el comedor, platicando, los hijos Gonzáles, no sacaban su vista de Sara; eran 3 de 20,23,24, cada uno en su mente se preguntaban, como Sara había cambiado tanto, no pronunciaban ninguna palabra, y Sara no se quedaba atrás, solo oía lo que decían sus padres.

G: Susana ( la dueña de la casa), ampliaste mas tu casa, te quedo bien.
Su: si Gustavo, cedió y me dio el gusto, verdad mi vida?
Gu: si mi vida, todo lo mejor para mi mujer.
G: que justo, tener un marido tan comprensivo, te envió Susana
Su: no creas, este señor es un hueso duro de roer, a veces me saca, mas canas de las que tengo.

-Mientras ellas hablaban, Sara comía en silencio, mirando solo su plato, mientras que Eduardo, el hijo, menor de los Gonzáles, no sacaba sus ojos de Sara; él es uno de los compañero de faculta, que siempre se reía de ella, por su forma de vestir, ahora quedo, con la boca abierta, al parecer Sara, lo había flechado. Sara levanto su mirada, lo miro con una cara de desprecio, y se levanto-

S: disculpe, señora Susana, me podría decir donde queda el baño?
Su: claro, mi hija.., Raúl(el de 24) a compaña a Sara y muéstrale el camino. –Eduardo se levanto antes que su hermano-
E: madre...yo la acompaño, ven por aquí Sara, yo te muestro.

-Eduardo, la guió, al pasar por todo el salón y desaparecer de la vista de los demás, mientras caminaban-.

E: como estas Sara?!
S: yo bien!
E: se nota...ehh, no quiero ser metido, pero a que se debe tu cambio de imagen?
S: eso no te incumbe a ti.
E: ehhh... la verdad que no, pero me intriga, sabes...te ves muy linda, pero tu mala onda no se te quita eh!?
S: gracias, por lo de linda y con respecto a lo de mi mal onda, es tu parecer, como quieres que seas? Después que tu y tus amigos, se la pasaban riéndose de mi.
E: uyyy...discúlpame, si?! No fue mi intención
S: eso no paresia...
E: eh...nuevamente discúlpame, soy un tonto, lo siento mucho, todos cometemos errores.
S: esta bien, eso es cierto
E: y....me perdonas? Me gustaría ser tu amigo, si no te molesta.
S: claro que te perdono, a las criaturas, se le perdona todo o no!?
E: jejeje...claro! –serie, pero no se molesta, ya que Sara lo trato de infantil- ehhh...esta es la puerta del baño. –le señala-
S: gracias! –entra, cuando esta por cerrar la puerta, ve que Eduardo sigue parado, como un bobo, esperando algo- Gracias! –le dice de nuevo, y lo mira con una cara, de que ya se vaya-
E :ehhhh ay! claro –se retira, Sara sierra la puerta-
S: y a este que le pasa? –al salir, se arregla la ropa y cuando mueve la cabeza, para mirar al frente, le ve a Eduardo parado, paresia un florero, no se movía-
S: se te perdió algo? –se pone nervioso-
E: no...pero te quería acompañar otra vez a la mesa
S: no era necesario, mira que no soy retrasada, me acuerdo muy bien el camino.
E: jejeje...no...tenia que hacerlo, es de caballeros esperar. –Sara se ríe, y piensa, este desde cuando es un caballero, al regresar a la mesa, Susana le halaga a Sara, mencionando que a cambiado mucho y que es bienvenida en su, le pregunto como le iba en la universidad-

Su: Sara enserio me decís que mi hijo Edu, es tu compañero, el una me lo menciono. –Le mira a su hijo con una cara, el otro agacha su cabeza, como sintiendo vergüenza-
S: si.. seguro que se le olvido.
Su: seguramente, porque con los hijos que me tocaron, yo no se en que planeta viven.
G: y Raúl y Luis que estudian?
R: yo...estoy terminado mi carera de Derecho, me va muy bien.
L: y yo, estoy en la misma carera, me gustan las leyes.
G: Susana! Tus hijos, te salieron muy estudiosos.
Su: no creas, Eduardo es el mas flojo, no quiere estudiar tanto.
E: mamá! –hace con un gesto de molestia-
Su: ay! no te enojes hijo, es la verdad, en cambio tu hija Gabriela no te trae problemas.
G: la verdad que no...es una joven muy dedicada. –platicaron de todo un poco, los minutos y horas pasaron-

Mientras tanto, en la hacienda Elizondo

-Franco después de hablar con Dominga, se sentó a leer un libro, en la biblioteca, prácticamente no leía, solo pasaba las hojas, su mente estaba en otra cosa. Lo que Dominga, le contó, le hizo dar vueltas, muchas cosas, y sentía pena por Sara, medito un buen rato, se levanto y salió de la biblioteca, directamente se dirigió al cuarto de Sara, se para frente a la puerta, levanto su mano, para probar si el cerrojo estaba abierto, y si lo estaba, entro y cerro la puerta, miro toda la habitación, de tenidamente; la habitación era espaciosa, muy cálida, sus arreglos eran censillos. Franco se sentó en la cama, con su mano toca la sabana, hasta al calzar la almohada, la cogió, y la acerco a su cara, suspiro el perfume de Sara, y se quedo mirando la almohada, por unos segundos. De la nada dijo-
F: no!...-y tiro la almohada- otra vez, no...esto no me puede estar pasando

A fuera

-Gabriela y Sara habían regresado, entraron a la casa, y Sara subió directamente a su cuarto, para dejar su saco y su cartera-

En el cuarto

-Franco ni se percato de que el auto de Gabriela había llegado a la hacienda, recogió la almohada del suelo, y la acaricio de nuevo, justo Sara entro, él se dio vuelta y se sorprendió-

Pink!