-Cuando Franco se da vuelta, con la almohada en la mano, no pronuncia ni un sonido, se queda como una estatua, Sara
le mira enojada y molesta-
S: Franco!! –le grita- que se supones que estas haciendo en mi cuarto y con mi almohada. –se dirige hacia
él y le saca la almohada-
F: eehhh....-tartamudea- nada!
S: como que nada?! Y que explicación le das a husmear mis cosas, cuando yo no estoy.
F: que!, mira Sara yo no husmeo nada...y menos cosas que tengan que ser tuyas.
S: si...si claro! Y que explicación me vas a dar, a ver?! vos! Entraste en mi...cuarto, si yo entro al tuyo que pensarías
tu?
F: pues...., espera!, déjame explicarte si?!, yo visto que tu puerta estaba abierta y me pareció raro, entonces entre
y visto tu almohada en el suelo y la recogí, fue cuando entraste, eso es todo.
S: mmm....porque será que, no te creo ni una palabra Franco Reyes –Sara medito en su cabeza, ella jamás deja
su cuarto abierto y menos sus cosas por el suelo-
F: mucho o poco me importa si no me crees, eso fue lo que paso.
S: esta bien te creo, pero... la próxima vez que veas algo raro, en mi! Cuarto, no te tomes tantas molestias, y no
entres sip!? Odio que invadan mi habitación y menos gente que no conozco muy...bien.
F: esta bien, no se va a volver a repetir, perdóname por invadir tu cuarto, yo no sabia que ibas a tomar tan mal, ni
que tu seas una princesa o algo así.
–Franco se sale del cuarto, se dirige al suyo-
Cuarto de Franco
F: casi, casi me pillo, espera, como que me pillo? Demonios...ni yo se que fui hacer a ese cuarto, creo que me estoy
volviendo loco.
F: estoy actuando como un niño enamoradizo, no! Solo como un niño, yo no estoy enamorándome de Sara, jaja si me enamoro
de ella, me condenare. –en eso tocan a su puerta, era Dominga, Franco abre-
F: que paso Dominga?
D: joven Franco, la señora y la señorita Sara lo están esperando para cenar, va a bajar?
F: si en un minuto, avísales que ya bajo.
D: como usted diga. –Dominga baja, de las escaleras y se dirige al comedor-
G: y? Dominga, el joven baja?
D: si señora, ya vienes. –Dominga se retira-
G: hija...y que te pareció la reunión de hoy?
S: y como crees que me iba a parecer mama?!, fue como todas las reuniones, que hemos asistido.
G: muy cierto, pero... que te parecieron los hijos de los Gonzáles, están bien creciditos de la ultima ves que lo vimos,
no te paréese? –Sara se atraganta con el jugo-.
S: a que te refieres, con creciditos?
D: ay! hija, que están mas mozos, guapos, no te párese? –en ese momento, entra Franco-
F: como esta Gabriela? –y le da un beso en la mejilla, se sienta-
G: Hola Franco, perdóname que no te avise lo de la reunión de hoy, fue imprevista y tu estabas mas dormido que un tronco.
Me hubiera gustado mucho, que conozcas a mis amigos
F: no hay problema, en otra ocasión será. Y de que hablaban? –Dominga le sirve; la comida-
G: pues de los hijos de Susana, le estaba comentando que crecieron y estaban mozos y guapos, ver hija?, son
unos jóvenes muy lindos.
S: si... claro!
G: vamos hija! admítelo, mira que espero que te fijes en uno de ellos, son un partido, que no se te puede
escapar, me di cuenta de cómo Eduardo, te miraba. –Franco se atraganta con la comida- Estas bien Franco?! –Y Franco
le dice que si con la cabeza-
S: ay! mamá, Eduardo es solo mi compañero, nada mas, y si voy a tener algo con el, primero debo ser su amiga,
no crees?!
G: y acaso no lo es?
S: si....pero no tanto –Franco solo oía-
G: pues eso ya es un comienzo, invítalo a la casa, uno de estos días, así pueden estudiar juntos.
S: lo tendré presente mamá, pero no te prometo nada.
G: ey! Franco que te pasa?, estas muy callado hoy.
F: claro que no. Es solo que no se que decir.
G: pues...que opinas de lo que dije?
F: discúlpeme, que dijo?
G: de que Sara se le acerque mas a los muchos Gonzáles, así camia de rutina y tiene mas amigos. –Sara
agacha la cabeza y mira su plato, él la mira y..-
F: ah..eso, me paréese que esta bien, así se le quita un poco esa cara de limón que tiene.
G: jejeje...en eso tienes un poco de razón. –Sara se levanta y tira la servilleta en la mesa-
S: discúlpenme, pero me retiro, se me fue el apetito. –se sube-
G: HIJA!..... –le grita, pero Sara no le responde- ay! esa mi hija, no aguanta ni una broma.
F: creo que hable de mas, me olvide que es muy quisquillosa.
G: no le hagas caso, ella siempre es así. Pero pronto se va a calmar, uno de esos jóvenes la va a domar,
estoy segura.
F: perdón que me entrometa, pero no le paréese que ella no le gusta esa idea y que usted debe respetar la
decisión de ella.
G: y yo las respeto, pero ella se hace de la difícil, estoy segura que no se va a negar, Eduardo o cualquiera
de los hijos de Susana, es perfecto para mi hija y a mi me paréese que Sara no le es tan indiferente.
F: en serio!
A la mañana siguiente
-Franco se preparo para irse a la facultad. A unas habitaciones mas, Sara hacia lo mismo. Mientras que Gabriela
estaba, dándose un baño de espuma, Dominga preparaba el desayuno-
S: Dominga! Ya esta el desayuno?
D: si...señorita Sara, siéntese que se lo traigo.
S: esta bien...-Sara se servia un jugo de naranja, en eso llega Franco y deja sus libros en la mesa-
F: buenos días Sara...
S: ah! Buenos días Franco. Dominga........ tráigale a franco también. –le grita a Dominga-
F: Sara!....
S: si?, que pasa?
F: perdóname por lo que dije ayer.
S: que dijiste? Yo no me acuerdo de nada. –se hace de la desentendida-
F: bueno, no importa. Che! Si quieres te llevo a la facultad.
S: no hace falta, yo tengo mi auto.
F: vamos!, ya se eso, pero para que usarlo, si no vamos en el mismo lugar, yo te puedo llevar no me molesta.
S: te dije que no..., gracias! –Dominga le trae el desayuno a Franco-
F: dale! No te hagas de rogar, enserio no me molesta, no seas cabeza dura, acepta....párese que me tenes
miedo. Gracias Dominga.
S: yo! Jaja, ya te dije que no te tengo miedo, y para que veas que no, me voy con tigo.
F: a si me gusta, bueno vamos que ya se nos va hacer tarde. –Sara y Franco comen un poco de su desayuno,
agarran sus cosas y salen. En el auto no pronuncian ninguna palabra, pero se miran de reojo-
En la Universidad
-Sara entra a su clase, y Eduardo se le acerca. Mientras que Franco se dirige a su salón-
E: hola! Sara, ven siéntate halado mío.
S: esta bien...
E: trajiste los apuntes de la clase pasada? Me los podrías prestar?
S: claro!, espérame que te los busco. –Sara busca en su mochila los apuntes, mientras que los demás
compañeros, le hacen señas a Eduardo, preguntándole que hace con Sara. Él los mira mal y no le hace caso-
S: aquí están!, toma...
E: gracias!, es que la ultima clase estuve distraído, no atendí nada.
S: ok! No hay problema –en eso entra el Profesor. Mientras tanto Franco
también estaba en clase, copiando todo lo de la pizarra. Las Horas pasaron y sonó el timbre, todos los alumnos salían de sus
clases. Franco se apuro y busco a Sara, camina por toda la universidad, hasta que ve en la lejanía a Sara, que estaba con
Eduardo riéndose, él intenta acercarse, para alcanzarla, pero no consigue; ya que en los pasillos había demasiada gente, vuelve
a mirar, Sara ya no estaba-
F: donde te metiste Sara? –gira a todos lados y no ve la figura de Sara- esto no me puede estar pasando.
–justo una jovencita choca con el; se llamaba Karina, se le cae todo sus libros-
K: discúlpame! No me fije...
F: no hay problema –y le ayuda a recoger los libros-
K: gracias! tu eres nuevo aquí, verdad?
F: si, vine Europa a terminar mi carrera de medicina.
K: enserio GUAUU! yo quiero ser veterinarias, este es mi primer año.
F: ah! Y no le conoces a Sara Elizondo? No es tu compañera?
K: Claro que si! Y quien no le va a conocer a esa amargada.
F: y... no la viste?
K: claro! Se fue con Edu, hace un ratito.
F: que! No puede ser.
K: si! Yo misma lo vi con mis ojos. Porque? Acaso sos su novio? o que
F: no...claro que no..., pero yo la tenia que llevar a su casa, me disculpas, me tengo que ir.
K: no hay problema nos vemos mañana –Y antes que Karina termine de decir todo, Franco se fue y en la
lejanía le dijo-
F: esta bien, gusto en conocerte!.........
K: el gusto es mío bebe! –dijo eso para si misma-
En la entrada de la hacienda.
-Sara se bajo del auto, pero antes se despidió de Eduardo. Franco llegaba justo cuando el auto de Eduardo
sale de la hacienda, Eduardo lo mira extrañado, y se preguntando quien es ese joven, en cambio Franco lo mira con una cara
de rabia, y se apresura en meter el auto. Cuando se baja sierra la puerta bruscamente y corre a alcanzar a Sara, le agarra
del brazo, de una manera brusca y le da vuelta-
S: ayyy! Franco me estas lastimando, suéltame, que te sucede?
F: vos!! me dijiste que vendrías con migo.
S: mentira!, yo te dije que me iba, no que vendría con tigo. Que te pasa estas loco, suéltame, bruto!! –y
le empuja-
F: quien es! Ese hombre!? Seguro que es Eduardo
S: fíjate que si!
F: Sara! No me gusta que vengas con el. Te prohíbo que lo vuelvas a hacer
S: ey! Espera un momento...y tu quien eres? Para prohibirme algo, no eres nada mío Franco, y las beses que
YO! Quiera vendré con él. –Franco se enfurece, y le agarra con las 2 manos a Sara-
F: AH si! Me estas desafiando. –Sara se intenta safar y lo consigue, y le da una cachetada-
S: ANIMAL! Estas loco...., mira Franco, ya te dije mil veces que no te metas en mi vida, que te ocurre?,
estas celoso o que ?
F: por favor....no me hagas reír! Yo?! celoso, ni lo sueñes Sara.
S: pues eso no párese, me lastimaste. –Franco se calma-
F: lo siento!, no se que me paso. –y se retira, Sara se queda solo; en la entrada-
S: definitivamente, no le entiendo a los hombres! –y luego entra a la casa-
G: Hija no sabes que le paso a Franco?
S: no tengo ni idea –Sara prefiere no comentar lo sucedido-
S: ya esta el almuerzo mama? me muero de hambre.
G: si ya, pasemos al comedor, Franco nos esta esperando.
-Al entrar Franco levanta su cabeza le mira a Sara, ella también, pero
él la esquiva-
G: hija! Me comento Dominga, que te vio venir con Eduardo.
S: si mama, el fue el que me trajo.
G: me da justo escuchar eso. Y que tal?
S: pues...bien! el es un joven muy Lindo y simpático, lastima que nunca nos llevamos bien, ahora que lo conozco
mejor, me cae muy bien.
G: que suerte!, viste yo te dije, solo que tu siempre eres cabeza dura, y no me haces caso. Y tu Franco,
que tal, conociste a alguien?
F: si doña Gabriela
G: ah! es una jovencita, seguramente, por eso traes esa cara. –Sara no entiende nada-
F: la verdad no se equivoca, se llama Karina y es compañera de Sara, me callo muy bien. –Sara deja
de comer-
S: ten mucho cuidado con Karina, no es una mujer de fiar.
F: esa es tu! opinión, a mi me pareció muy buena.
G: ay! hija! Seguro que te equivocas.
S: bueno!, como ustedes quieran.
G: Franco, cuando gustes invítala a la casa, me encantaría conocerla, aparte de todo es una compañera tulla
Sara, será bien recibida.
-Al terminar de almorzar, cada uno se dirigió a hacer sus cosas; Gabriela se encerró en su estudio, a firmar
unos papeles; Sara se fue a controlar a los caballos en las caballerizas y Franco se fue a estudiar, en la biblioteca. Las
horas pasaron muy rápido, ya era de noche y cada uno después de la cena se dirigió a sus respectivos cuartos. Eran las 02:10
de la madrugada, cuando Sara se levanta, de la cama se dirige al baño, al salir, va a acostarse de nuevo, mientras se tapa,
piensa en lo que le sucedió hoy con Franco-
S: dios mío, Franco se volvió loco, él que se cree? Para mandar, sobre mi persona, no es nadie, nadie! Y nadie me prohíbe nada a mi. –Se queda dormida, y sueña con Franco, se despierta-
S: no! Sara, no piense en ese idiota, pero.....que me sucede? –Sale de su habitación, desconociendo
a donde se iva, camina hacia el cuarto de Franco, la puerta estaba cerrada, ella suavemente la habré, y sin hacer ruido alguno
asoma la cabeza; estaba oscuro, pero la luz de la luna reflejaba en la sabanas de Franco; él estaba acostado boca para abajo,
sin camisa, solo con un bóxer ajustado, abrazando una almohada. Entra y sierra la puerta, este ruido es captado por los oídos
de Franco, quien habré sus ojos y ve a Sara cerrar la puerta, él se hace del dormido. Sara se acerca a la cama, se agacha
y observa como duerme Franco-
S: pareces un bebe –susurrando lo dice, para no despertarlo, mientras maniobra para tocarle el pelo
a Franco-
S: así no pareces tan bruto –y logra acariciar su pelo, ella nunca se dio cuenta que Franco estaba
oyendo todo-
S: porque Franco? Actuaste así hoy, porque? Me tienes intrigada. –cuando ella sigue acariciando el
pelo, Franco se mueve, le agarra de la mano, la estira, la sube a la cama de un solo movimiento; se pone enzima de ella; atajando
las dos manos de Sara-
F: porque tu! eres MIA... solo Mía