-Cuando Franco deja de abrazar a Sara, se queda
mirándola profundamente, le agarra de la mano-
F: vamos... tengo que ir a preparar mi equipaje.
-Sara no dice nada, él y ella caminan directo al auto. En el camino a la hacienda ninguno pronuncio ninguna una palabra, Sara
estaba demasiado triste; su vista estaba en los paisajes , Franco no sabia que decir, cada tanto miraba a Sara. Al llegar
a la hacienda, Sara se bajo del auto rápidamente-
F: ey! Sara! Espera! -Le grita, ella no le hace caso y sale corriendo hacia los establos,
franco corre y la persigue; en un momento dado, la pierde de vista, al detenerse en su camino; escucha un llanto. Al seguir
el sonido del llanto, se encuentra a Sara en una de las caballerizas; estaba sentada en uno de los cubos de paja.
F: Sara... –se agacha- no me gusta verte
a si... no quiero ser la culpa de tu sufrir. –Sara levanta su mirada; tenia los ojos llenos de lagrimas-
S: pues... si te hace daño verme así déjame
sola! –la ultima frase la dice en un tono desafiante, secándose sus lagrimas- vete ya! –Franco se queda frio-
F: pero?!.. –Sara le empuja-
S: vete Franco! no pierdas tiempo… se
te va a retrasar el vuelo….
F: No! crees que me iré sin antes demostrarte
cuanto te amo…-Franco la agarra y la pone contra el suelo de la caballeriza; la besa apasionadamente; como nunca. Ella
se deja llevar, suavemente él la acaricia por todo el cuerpo, sus manos recorren todo, hace un pausa; se desabotona los botones
de su camisa; al sacársela Sara le acaricia sus pecho; se acerca y entre acaricias besa el pecho musculoso de Franco.
S: Franco… ahora… si estoy preparada,
y quiero ser tuya, solo tuya. (Sara era inexperta, ya que nunca se había entregado a ningún hombre) –Él no sabia si
se merecía quitarle lo mas sagrado que tiene una mujer, y entre los besos se queda pensado- Que pasa? –le pregunta;
tocándole el rostro-
F: estas segura? –le acaricia su labio,
Sara sin decir nada lo mira; y le sonríe, tocándole el pelo. Lentamente besa a Franco por todo el cuello; él entiende que
ella lo desea tanto como él, corresponde a las caricias. En un momento dado Franco coloca sus manos sobre las caderas (por
supuesto que el cuerpo de Sara era un monumento a la belleza, y sus caderas eran espectaculares y envidiables) le levanta
la blusa tocándole en forma de circulitos a su pancita; mientras que la besa; sin respiro. Luego se baja y le desprende su
vaquero, besándola en esa zona; con toque suaves y acariciando las piernas de ella sacándolere caricias el vaquero, ella tenia una ropa interior negra ( muy bonita por cierto)él al ver esto levanta su mirada hacia el rostro
de Sara y le sonríe. Luego se sube y se desprende su pantalón, al sacarse todo y quedarse como DIOS le trajo al mundo (QuE
HoMbRe) se pone encima de Sara con delicadeza le besa los pechos y le desprende
su corpiño, luego le saca la ultima prenda que tenia; todo esto lentamente y sin apuro. Si brusquedad se coloca para penetrar
a Sara, cuando ya estaba en su interior, Sara siente un leve dolor que luego se acaba y siente una sensación especial, mutuamente
los dos llevan una sincronización de movimientos suaves, provocando que los dos sientan placer y dejándose querer. El tiempo
se detuvo en ese instante, él no tenia palabras para demostrar lo que sentía; era la primera vez que una mujer logro despertar
tantos sentimientos en unos minutos, y Sara no quería que acabe el momento, se dejaba llevar, no imagino de otra forma su
primera vez; él lugar era incomodo sucio pero esto no le importo, sabia que ese instante era el indicado. Cuando ambos terminaron
de amarse y de entregarse en alma y cuerpo, se abrazaron lo mas fuerte que pudieron; como si cada uno entrara en el ser del
otro dándose calor; un calor que solo el Amor puro y verdadero puede dar.-
S: te amo... –lo besa y se queda junto
a él, mimándose. Cuando él ni se lo esperaba de repente Sara se levanta-
F: -él le agarra de la mano- a donde vas?
S: el vuelo..., será mejor que vayas a preparar
tu equipaje, ya no te haré perder el tiempo –agarra su ropas y se viste, él solo la observa y agacha su mirada al suelo-
F: -se levanta y la abraza- no sabes lo mucho
que busque una mujer como tu Sara... sencilla, de carácter fuerte, comprensiva, tierna, tienes todo lo que me gusta, lo que
siempre busque y me siento impotente! al alejarme de tu lado, no soporto el pensar que no te tendré cerca; quien sabe hasta
cuando?! –Ella se suelta y se termina de poner la blusa-
S: vístete.... –y se acerca a él y le
implanta un beso; esos que devoran todo el labio- Te amo... –sale de las caballerizas. Luego de vestirse completamente
Franco sale y se dirige hacia la casa, al entrar le encuentra a Dominga-
F: Dominga llame un taxi dentro de 20 minutos.
D: bueno joven Franco –Él se sube por
las escaleras y camina por el pasillo grande, se detiene en el alcoba de Sara, toca la puerta y al no responder nadie, entra-
F: Sara... estas aquí?...-ella no estaba, decide
retirase para su cuarto, al abrir su puerta ve a Sara colocando su ropa en la
maleta- Sara! Que haces?
S: que! Acaso no vez? estoy ayudándote. –él
se acerca y con las 2 manos le toca el rostro y la besa-
F: no es necesario... yo puedo...
S: no me molesta, déjame ayudarte sip?!
F: de acuerdo! Mi neñita... –se va al
baño para sacar sus cosas, mientras tanto Sara coloca todo en las maletas, y cuando va para abrir un cajón, se encuentra con
unas fotos de Franco y su familia; cuando eran chicos, guarda una de ellas en su bolsillo; al ver todas las fotos las coloca
en la maleta, se va a revisar el ultimo cajón que quedaba; al abrirlo descubre que en su interior había un portarretrato de
Sara; que unos días atrás se había perdido de la sala. Justo Franco sale del baño con una bolsa con todas sus cosas de higiene-
S: me quieres explicar que haces con mi foto?
Ladronzuelo...
F: ehh.... yo! Nada... –tira la bolsa
en la maleta, y le saca a Sara el portarretrato- pues... quería tenerte siempre a mi lado y que me cuides cuando estoy durmiendo.
Eso es un crimen? Porque si lo es, soy culpable, culpable de desearte y quererte como te quiero. –Ella se ríe y le besa
con una ternura única-
S: pues eres un ladronzuelo muy... tierno, así
que! no te mereces castigo... Pero mi madre se puso como loca cuando no vio la foto, ya que ella es muy... haber como te explico... muy... obsesionada con nuestras fotos, las mezquina mucho.
F: jeje... no lo sabia... pero!... eso no significa que la tenga que devolver, verdad? mira que con mucho esfuerzo me la robe y es
mía!!
S: Bueno... no te la pensaba quitar luego. Hablando
de mi madre, como le vas a explicar que te vas? ella no esta en casa, quieres que le diga yo? –una voz de tristeza sale
de la boca de Sara al pronunciar esto-
F: mi amor.. no te preocupes, le voy a escribir
una carta explicando lo que sucede, me gustaría decirle yo, auque sea desde un papel. –Franco saca un papel del cajón
y se sienta a escribir la carta, Sara ordena las ultimas cosas-
F: ya esta! –lo dice doblando la carta-
Entregasela y no la revises –le toca su narisita con su dedo índice-
S: claro que no! que crees... –se dirige
a la puerta y extiende su mano- Vamos! Ya te guarde todo –él agarra su maleta y mira su alcoba con tristeza y pesar-
F: ok! Vamos... –agarra con la otra mano
a Sara, y le besa la frente. Cuando están a fuera, aparece Dominga
D: joven Franco ya llame al taxi y esta por
el camino.
F: gracias Dominga. –Dominga se asombra
la ver que Franco le estaba agarrando la mano a Sara y en su cabeza-
D: “y esto?”....
S: Taxi? No era que yo te iba a llevar? –Sara
se da cuenta que Dominga estaba y se da vuelta- se te perdió algo Dominga?
D: ehhh... no! – y se va-
S: no quieres que te acompañe?
F: no es eso, la verdad es que prefiero que
te quedes... no soy bueno para las despedidas.
S: pero?... quiero acompañarte...
F: es mejor así... –Justo llega el taxi
y franco lleva su maleta en el portaequipaje, al cerrar el capote se dirige a Sara- Cuídate mucho...
S: -ella que se encontraba bien unos minutos
antes; por un momento se olvido de su tristeza, pero nuevamente apareció; como una bofetada certera, se bajoneo al darse cuenta
que ese era la ultima vez que vería Franco en mucho tiempo- Bueno... yo me cuido, pero tu también te cuidas sip?! –él
la mira con ternura, la abraza y la besa-
F: te quiero! –se sube al auto y se marcha.
Sara entrar a la casa mira la carta de su madre, tiene la tentación de abrirla y leerla, en ese instante Dominga aparece y
la asusta-
D: señorita necesita algo?
S: ay! Dominga! me asusto, la verdad que en es te momento no
necesito nada gracias.
D: disculpe que me entrometa, pero la noto triste.
S: no es nada...
D: segurito es por la partida del joven Franco,
me di cuenta que se marcho.
S: si... -lo dice en un tono de tristeza- pero
no quiero hablar de eso ahora. -La horas pasaron muy lentas, Sara se quedo en la sala mirando fijamente la carta de Franco,
en eso entran Jimena, Norma y Gabriela con miles de bolsas de ropa, Dominga correa ayudarlas-
G: Dominga lleve esto a los cuartos. –La
pobre Dominga tiene que cargar con todas las bolas-
D: con permiso...
G: Hija! Saliste temprano de la Universidad?
S: si... toma léelo te lo dejo Franco –le
pasa la carta, y se sube a su habitación-
G: Sara? espera!
N: Sara! –le llama y la sigue. Mientras
que Jimena se queda con su madre-
J: Ábrela mama, puede ser algo importante.
G: -Gabriela empieza a leer la carta, su rostro
cambia de expresión con cada renglón que va leyendo- No puede ser!
J: que pasa mama!? No me asustes! –Gabriela
empieza a contarle todo lo que decía la carta-
Cuarto de Sara
-Mientras tanto Sara se tira a su cama y abrasa
la almohada que Franco una vez la tubo entre sus manos. Norma entra y ve a Sara con los ojos apunto de llorar-
N: -se preocupa,
se acerca y la abraza-
S: ay.... Norma, estoy muy triste...
N: porque? Cuéntame, no me vallas a asustar...
–Sara no dice nada- bueno si quieres cuéntamelo para eso soy tu hermana, me preocupa verte así, tu siempre estas bien.
S: es que... Franco...
N: Franco? Que tiene que ver él, te hizo algo?
No te quedes callada
S: no me hizo nada...
N: y entonces!
S: es una historia larga de contar y no creo
que te interese.
N: como que no! Sara tu sabes muy... bien que
me puedes contar lo que quieras, que yo te voy a escuchar siempre ten confianza en mi, tal vez pueda solucionar tu tristeza.
S: no creó que puedas...
N: Vamos... desahógate...
S: Franco se fue y capaz ya no regrese
N: y? Eso que tiene que ver? No me digas que
tu y él tiene una relación.
S: si!
N: como?!... Mama nos dijo que tu y él se llevan
peor que perros y gatos.
S: eso era antes... la verdad es que desde el
primer momento que vi a Franco me gusto y lo quise negar, tu sabes que soy muy fría, pesada en mi trato. Lo trataba mal para
que se aleje y ni me haga caso, pero al parecer es eso lo que a él le gusto de mi, nos peleábamos constantemente, yo lo provocaba
y él me sacaba de mis casillas. Los dos no nos podíamos ni ver, pero de apoco ese odio se convirtió en amor, y ahora que lo
quiero él se va! Norma no... no es justo... –empieza a llorar-
N: Vamos... Sara animo seguro que va a regresar,
yo no lo conocí muy bien pero... seguro que es una persona especial, por eso te enamoraste de él.
S: la verdad que si.. es muy especial, es él
primer hombre que aguanta mis caprichos y mi mal carácter.
N: pues! No te pongas mal, seguro que vendrá
de nuevo, tu lo vales y él seguro se dio cuenta de eso.
En el avión con destino a Europa
-Franco recordó todo lo que le sucedió en Colombia.
Una simple visita a la casa de la mejor amiga de su madre trastorno a su ser; esa noche del cumpleaños de Sara, en donde él
no sabia nada de la existencia de esa mujer maravillosa que conocería en situaciones un poco molestas, lo había dejado con
sentimientos nunca antes descubiertos en su persona, ya que él conoció miles de mujeres que se le entregaron sin vacilar,
pero ninguna le satisfacía completamente, Sara reunía los requisitos de la mujer ideal para él. Estaba entre la espada y la
pared, pensó un su madre y en separar se del amor de su vida. Sentía una puñal que se atravesaba en su corazón; estaba triste
por llegar a Europa y enterarse de la gravedad de la salud de su querida madre y por dejar a la mujer de su sueños.
La horas se hicieron eternas en el vuelo hacia Europa,
Franco tenia un mal presentimiento, pero en su interior sentía una felicidad inexplicable; el poder ver a sus hermanos y madre,
después de mucho tiempo, le alegraba-